Cada vez más empresas chilenas están apostando por la energía solar como parte de su estrategia de optimización de costos. ¿La razón? El gasto eléctrico es uno de los ítems más altos dentro de la operación, y los paneles solares ofrecen una solución directa, sustentable y rentable.
Un sistema fotovoltaico bien dimensionado puede reducir entre un 40% y un 80% del consumo eléctrico dependiendo del tipo de industria y tamaño de la planta. Además, existen beneficios tributarios y programas de apoyo estatal (como la Ley de Net Billing), que permiten inyectar el excedente de energía a la red eléctrica.
En resumen:
Menor dependencia de proveedores eléctricos.
Ahorros sostenidos en el tiempo.
Imagen corporativa sustentable.
Retorno de inversión en 3 a 6 años según el caso.
Invertir en energía solar hoy no solo significa ahorrar, sino modernizar la empresa y prepararla para un futuro más competitivo.


